Es muy importante observar cómo es el lenguaje de tus hijos hacia sí mismos. Cada vez que le escuches decir: “No puedo hacer nada”, “Soy un desastre en ortografía”, “Soy torpe”, “Soy feo”, “Soy demasiado delgado o gordo”, “No puedo ir en bici”, estás recibiendo una clave para estimular su autoestima. En estos momentos de autorecriminación hay que actuar con reforzamiento positivo: “Puedes hacer cualquier cosa en que te empeñes”, “Puedes resolver esa ecuación si trabajas en ella”, “¿Por qué no lo intentas en lugar de pensar que no puedes?”, “Harás bien el examen si alguien te ayuda con la ortografía; venga, vamos a echarle una ojeada a eso”, “Tú no eres torpe; yo te he visto arreglar un montón de cosas”. Es necesario usar frases simples, directas, positivas, que contrarresten los comentarios negativos. Cuando los niños escuchen con frecuencia frases positivas con frecuencia, incorporarán comentarios cada vez más positivos. “El éxito y la satisfacción vienen con el puedo y no con el no puedo”.
Fuente: «La felicidad de nuestros hijos» Wayne W. Dyer