ART.2. AUTODISCIPLINA
La autodisciplina implica educar en el ejemplo. De este modo tenderemos a enseñar a nuestro/as hijos/as para que sepan aquello que deben hacer y les conviene en cada momento. Sí que es cierto que lo indicado anteriormente resulta de un proceso y de un tiempo que solo tiene fecha de comienzo pero no tiene fin. Constancia y paciencia son nuestras herramientas.
Educar en disciplina es exigirles una conducta adecuada y el cumplimiento de las normas pactadas a través del diálogo y la comprensión.
A continuación indicamos una serie de preguntas que te pueden ayudar antes de intervenir con tu hijo/a:
- ¿Cuáles son los problemas más graves que tengo con mi hijo?
- ¿Cuál es el más importante, el que requiere una más pronta solución?
- ¿Cómo actúo, cómo reacciono ante el problema, ante su conducta?
- ¿Cómo responde mi hijo a mi actitud?
- ¿Siempre existió este problema? ¿Cuándo empezó? Ver las causas.
- ¿El problema se presenta en situaciones y momentos concretos, siempre?
- ¿He utilizado alguna estrategia que me hay dado buenos resultados? ¿Cuál?
- ¿Qué estrategias preveo que me pueden dar mejores resultados?
- ¿Estamos de acuerdo los padres en cuanto a las estrategias o medidas a tomar?
- Definir las estrategias concretas y aplicarlas e ir observando en qué medida nuestro hijo cambia a mejor y se soluciona el problema o conflicto que hemos abordado.
Ficha recordatorio para toda la intervención educativa que hagamos con nuestros/as hijos/as:
- AMA a tu hijo/a incondicionalmente y ama y valora tu condición de padre, madre o educador.
- LAS PALABRAS, lo que le digas y la forma en que se lo digas, provocan colaboración o rechazo, no lo olvides.
- SUS SENTIMIENTOS son su punto débil; lee sus deseos, sus temores, sus dudas, sus esperanzas, sus desánimos. Muéstrate empático y estará de tu parte.
- TUS DEFECTOS Y TU VULNERABILIDAD, tus limitaciones, tus carencias, tu fragilidad son el mejor reconstituyente, la medicina más efectiva para que tu hijo aprenda a aceptar su propia fragilidad, se haga fuerte y no se rinda en sus propósitos de mejora y superación.
- ESPERA LO MEJOR de tu hijo y acabarán dándotelo.
- TEN FE Y CONFIANZA en su capacidad y en su valía. Da por hecho que logrará lo que se proponga y díselo abiertamente.
- BUSCA ALGO BUENO Y VALIOSO en el menos motivado y el menos capaz de tus hijos/as y lo encontrarás.
- ESTABLECE LIMITES, inculca disciplina y exige que se cumplan. Di ¡no! Cuando sea necesario.
- EVITA LOS CASTIGOS por su ineficacia. Hay mejores alternativas.
Continuará…
Fuente “La educación inteligente” Bernabe Tierno.